A mi marido Pepe..., me sigo emocionando hoy todavía al recordar la manera más casual en la que nos conocimos, momento en el cuál, desde el minuto 0 sabía perfectamente lo que quería de mí y como sacar el mejor provecho de nuestra relación. Nos comprometimos los dos en este nuevo proyecto de vida, en el que después de varios momentos muy duros, por fin hemos formado la familia que tanto ansiábamos los dos, y que creíamos firmemente que ya no íbamos a tener por no encontrar a esa persona afín a cada uno de nosotros. Tanto él como yo le damos gracias a Dios por los hijos tan maravillosos que tenemos, sanos y felices!.
Se que desde su constante y continua preocupación por mí, para que yo esté bien, física y mentalmente, intenta ser fuerte en estos momentos tan poco propicios laboral y económicamente, e intento todos y cada uno de los días que empiezo ser fuerte y seguir luchando, aunque he de reconocer que haya días que no lo consigo. Todo llegará en su debido momento.